Sevilla 2-3 FC Barcelona

En el partido o partidazo, según se mire, que disputaron anoche Sevilla y Barcelona en el Sánchez-Pizjuán se vio mucho de lo que ambos equipos han ofrecido en esta Liga que la semana que viene muere sin remedio. Por un lado, de arranque decepcionó el conjunto sevillista porque jugándose mucho y teniendo enfrente al peor rival posible cabía esperar más intensidad y concentración por parte de los jugadores de Antonio Álvarez. Luego, cuando peor estaba la cosa ya que incluso jugaba con un futbolista menos por expulsión de Konko, el equipo nervionense se vino arriba y vio la posibilidad incluso de empatar cuando a 25 minutos para el final perdía por 0-3. El Barça, por su parte, fue el líder inabordable de este Campeonato y sí que salió a jugar con todo lo que tenía, sabiendo que no podía reservarse nada. Logró esa ventaja de tres goles y pudo hacer más antes de que, de pronto, el Sevilla se le subiera a las barbas para hacerle sudar y sufrir en el último tramo del choque, hasta el punto de andar pidiendo la hora (en el césped y en el banquillo) desde el minuto 85. Siendo mejor, ganó por los pelos. Lo que probablemente le va a pasar en el cómputo del torneo.
En Almería, donde el Sevilla se va a jugar en la última jornada la clasificación para la Liga de Campeones, la escuadra rojiblanca no puede salir a jugar con los desajustes que exhibió en la presión y el entramado defensivo, carente de intensidad, en los primeros minutos del encuentro de anoche. Alves ya avisó nada más ponerse el balón en movimiento y en el minuto cinco hizo el primer tanto un Messi que se coló entre los centrales locales y tuvo tiempo para controlar y rematar porque apenas encontró oposición. Era muy pronto para empezar a remar contra la corriente y este golpe lo acusó el Sevilla, que ofreció agujeros para que el ¿lesionado? Xavi los explotara buscando la velocidad de Bojan y de la superestrella argentina. Los dos atacantes del Barça pudieron hacer el segundo antes de que se lesionara Fazio y marcara el citado Bojan al aprovechar uno de esos pases de fantasía de Xavi. Se complicó el partido en este punto (minuto 28) ya hasta ser casi imposible la reacción, y más teniendo en cuenta que en esa media hora el Sevilla, triste pero cierto, no había apretado a Víctor Valdés.
Sólo un par de llegadas en los últimos minutos del primer tiempo hicieron levantar un poco el ánimo a una grada que ya sólo estaba pendiente de lo que hiciera el Mallorca en La Coruña. Cuando a los diez minutos de la segunda mitad fue expulsado Konko por doble amonestación —desafortunado el francés en la entrada que hizo teniendo ya una amarilla encima—, el partido pareció sentenciado y ni el más optimista podía mantener una esperanza mínima seis minutos después, a continuación del gol que Pedro obtuvo con un excelente disparo desde la frontal.
Acababa de salir Stankevicius por Adriano para tapar el hueco que había dejado Konko, Palop había evitado sendos goles de Messi y Bojan y tras el 0-3 pudo cometer penalti Adriano sobre Pedro. Undiano no lo señaló, pero el brasileño se lesionó en esa acción. Otra más.
Reacción inesperada
Ocurrió que en el 23 de este segundo tiempo Luis Fabiano se inventó un pase a Kanouté y éste marcó. Y dos minutos después, una falta sacada rápidamente por el equipo la aprovechó «O Fabuloso» para hacer un 2-3 con el que Guardiola empezó a golpearse la cabeza y a beberse las botellas de agua de dos en dos. El Sevilla, con uno menos, fue a por el empate en clara desventaja mientras que el Barcelona contragolpeaba con reservas tratando de asegurar una victoria que significaría más de media Liga. Pudieron marcar Pedro y Kanouté, pero no llegó otro gol en medio de una cascada de tarjetas que liberó el nervio de la ocasión.
Undiano dio por terminado el encuentro y los del Barça brincaban de alegría. Serán campeones ganando en casa al Valladolid. Los sevillistas preguntaron. «¡El Mallorca ha perdido!», dijo alguien. Menos mal. La cuarta plaza se jugará en Almería. Pero tendrá que buscarse de otra forma.


Fuente || ABC de Sevilla

Supongo que ya sabréis que Negredo no disputó ni un sólo minuto del encuentro.

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