Liga: Sevilla 4-1 Levante

No se preveía tan clara esta goleada final. Al menos a priori. Hace un tiempo cualquier aficionado al fútbol con ganas de apostar no hubiese dudado en acercar sus cuartos al bando sevillista. Pero en esta temporada no existe lógica entre los locales que, como titulábamos en la previa, logran convertir cada enfrentamiento propio en una auténtica ruleta (rusa).

El Sevilla se ha acostumbrado a vivir en la inquietud. Ha hecho de la incertidumbre una filosofía de vida. Victoria para hoy, dudas para el mañana. Lo positivo es que se ha encallecido en los partidos ásperos y anubarrados. Y eso que en el de este sábado, debido a la tan vespertina hora de la cita, el sol todavía se asomó en los primeros minutos por el Aljarafe.

Con el objetivo de hacer explotar la apocada retaguardia granota, Manzano puso en liza a su línea atacante de lujo (a excepción de Kanouté) con Perotti en el perfil zurdo, un recuperado Navas (deberá confirmarlo) por la diestra y una pareja atacante que va a más: Negredo y Luis Fabiano.

Los de Manzano abandonaron por un día sus dudas con un gol a la media hora de Luis Fabiano, que ha vuelto a la veintena, otro de Escudé en el 40' a la salida de un córner y otros dos de 'O Fabuloso'. Los cuatro tantos bien valieron para sumar tres importantes puntos ante un Levante pusilánime.

Así son los de Nervión, capaces de lo peor y, algunas veces, de lo mejor. Una especie de Atlético de Madrid 'a la andaluza'. Los hispalenses desconectaron a su rival mostrando -esta vez- su cara más afable, con una defensa notable y una efectividad preponderante.

Al Levante le faltó fe, esa que ha ido perdiendo con los errores arbitrales de las jornadas precedentes. Los valencianos se mostraron faltos de ritmo. Su mediocampo se agujereó lo que propició que el agua ahogara con mayor rapidez a sus compañeros de la defensa. Así llegaría un penalti (incomprensible) de Javi Venta sobre Navarro que supuso la puntilla justo antes del entreacto. Únicamente Pallardó parecía enchufado. Aportó pegamento, criterio y coherencia a una zona en la que la excelencia brilla por su ausencia.

Mal planteamiento granota
Se equivocó Luis García (que mandaba con el walkie desde la grada), al plantear un dibujo táctico cuadrilátero que no supo cortocircuitar las entradas a su patio trasero. El Sevilla lo aprovechó con un Jesús Navas que encontró el callejón idóneo para ejecutar sus trastadas. Llevaba meses aguardando este momento. Había vuelto de forma física pero ahora también parece acompañarle su espíritu y sus ganas de incordiar. Dicen que Marcelo ya no gasta tantas bromas como antes.

Ni si quiera con el gol tempranero (minuto 57') de Xisco pareció reaccionar el Levante. Tampoco les dejó Luis Fabiano que, cuando los visitantes andaban buscando alternativas, se adjudicaría un 'hat-trick' (el primero que hace en Liga) tras un zapatazo desde la frontal. Aquel gol iguala la marca de Domenech (70 goles) y le sitúa como el sexto máximo goleador de la historia de los hispalenses en Liga.

La victoria final, además de dar un respiro en la competición doméstica, sirve para planificar con calma la próxima cita. El miércoles aterrizarán Mourinho y compañía en Sevilla con la intención de robar (o renovar) la corona copera. Pero esa será otra historia. Mientras tanto, la distancia con los objetivos naturales (Champions League) en Liga sigue siendo sideral. Queda mucho torneo, sí, pero, como dijo Manzano, no existe una tercera vuelta para enmendar los errores de la primera

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